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lunes, 30 de julio de 2012

Aperitivo fotografico

Nora con un chaval en brazos, menos ilusionado que sus padres por la foto.


Raj Ghat, donde fue incinerado Gandhi.


Bosco, only for the brave.


       Tumba de Humayun, Delhi.
                                                           

                                                      Tumba de Humayun, Delhi.


                                                              Jardines de Lodi, Delhi.
  

Reventados, deshidratados, con ganas de morir. Un poco.


 Templo de Loto, Delhi.


Tuk Tuk, Delhi Drive.


Templo Sikh, Bikaner.


Templo Sikh, Bikaner.


Tren en el desierto del Rajastan.


Camello coqueto.


Hay muchas formas de ponerse un pañuelo, pero solo una con estilo. Murcia is in da house.


No se vosotros, pero yo no puedo apartar la mirada del pañuelo cagado sobre la cabeza de Juanan.


Increible no llevarnos ninguna cornada en San Fermines y llevarnosla en Pushkar, India.


Bulls On Parade.


Nos dio algo de grima tocarlo, pero al final le dimos cinco rupias y un cigarro que estaba a la mitad.


Pushkar rules.


Angelina Jolie


El trayecto en elefante mas lento, corto y caro de toda la India. Solo para nosotros.


 No sabemos exactamente que es, pero nos suena de postales.



Yo quiero ser hombre como tu, y en la ciudad gozar...


Duplex amueblado, buen vecindario, luz y agua incluidos en gastos de comunidad.
Orcha.


 Animando el templo del Kamasutra, mucho menos emocionante de lo que vende el nombre.


Templo del Kamasutra, Khajraho.


Un pie para atarlos a todos.

Templo de las ratas

Karni Mata.  Simpatiquisimas. Corriendo entre tus pies. Pisando sobre mierda de rata. Quien da mas.

viernes, 27 de julio de 2012

Pushkar

Salimos de Bikaner en direccion a Pushkar, cuatro horas de viaje, con una regla de tres a ochenta por hora, nos podemos imaginar los kilometros. Por el camino hacemos una parada expres en el templo de las ratas, o Karni Mata. A los templos se entra deswcalzo, con ratas, sin ratas, con mierda, y sin mierda. Da igual como te pongas. En este caso eran ratas y mierda juntas. Sin pensarlo dos veces, para no llegar a una conclusion sensata,m entramos. Centenares de ratas, miles diria, recorren el suelo, un olor denso y penetrante. Se agrupan en decenas rodeando bebederos de leche, se te cruzan por delante, y las q1ue no se cruzan, o estan mu8ertas o descansan en pasamanos, colgadas la mitad del cuerpo a un lado, y la otra mitad al otro. Asi son las ratas en India, muy majas. Logramos ver la rata albina, solo hay una y al parecer te da suerte. Los indios esperan hasta el dia entero para encontrarla. Son indios, se lo toman con calma, ya sabeis.

Llegamos a Pushkar y buscamos un hotel recomendado en la guia. Efectivamente, es un conjunto de habitaciones rodeando un patio central, un jardin en el centro, una bugambilla, una terraza muy apewtecible y un casero encantador. No tenemos aire acondicionado, no hay bar ni restaurante, y la electricidad se va, pero no nos lo pensamos, a esto hemos venido. Me llama la atencion que el casero se aprenda los nombres de cada uno y cuando entramos nos saluda individualmente, seguido de un "namaste" y una reverencia, un lujo.
Pushkar es un pueblecito mucho mas pequeño, construido a las orillas de un lago, con un encanto especial que nos atrapo a todos. Quizas fue por lo facil que resulto todo, bueno, todo menos librarnos de los timadores espirituales que nos arrastraron hasta el lago, y una vez alli, cada uno por separado, nos obligaron a recitar unas palabras, al mismo tiempo que nos ponian pulseritas, el punto en la cabeza y nos deseaban suerte. Claro, despues de esonos preguntaban cuanto valia nuestra familia y nos pedian el equivalente en euros. Rupias no aceptaban, parecian tontos, salimos de esa como pudimos.

Paseamos por las calles, todo con mucha calma, el centro del pueblo entero es un mercado. Hacemos las compras de rigor y nos acercamos otro rato al lago, oimos los canticos religiosos de fondo. Las pocas luces que iluminan el pueblo se reflejan en el agua, todo calma. Hacemos un amiguete que segun dice se llama Pepe, tiene como 9 años. Nos pide comida, como no nos fiamos si es para el o para hacer algun chanchullo le compramos harina a cambio de que nos lleve a su casa a ver a su familia, nos advierte de que no tiene casa, vive en el desierto. Juan no esta muy entusiasmado con la idea de ir a dar vueltas por poblados del desierto, a Ramon y a mi nos parece super apetecible. Lo que era de esperar, bebemos te, cantamos, bailamos y hablamos mucho, todo a oscuras. Conocemos a muchos mas niños de la calle, para los españoles todos se llaman Pepe.
Al llegar al hotel se nos va la luz, con ella el ventilador y las bebidas frias, dormimos como podemos. Al dia siguente encontramos un pequeño paraiso en medio del caos. Un cuarto piso de una casa, una terraza donde sirven batidos naturales frios y demas placeres, nos hacemos habituales. Pasamos el dia sin altercados y a la mañana siguiente salimos hacia Jaipur.

Bikaner

Empieza la expedicion por la region de Rajastan, desierto, calor..
Salimos deDelhi a las 6 de la mañana, el "jeep" nos espera a la puerta del "hotel". Despues de unos dias en la India, nos damos cuenta de que aqui se lo toman todo con mucho calma, no vamos a ser menos, desayunamos con tranquilidad y emprendemos el viaje. Diez horas hasta Bikaner, para que nos entendamos 500km. Seg'un vamos avanzando vemos como desaparece la civilizacion como la conociamos adentrandonos en la India mas profunda, vacas, perros, mulas, camellos y monos nos rodean. En el horizonte, desierto, y hacia los lados pueblecillos chabolistas superpoblados, niños desnudos correteando, mujeres conun velo sobre la cara y esqueletos de animales en los arcenes, eso si, desde el coche, y con aire acondicionado.
Llegamos a Bikaner, y como era de esperar, nuestro conductor, Gitu, ya tiene seleccionado nuestro hotel. Por no rechistar aceptamos la oferta. El seguramente se tomo un chai a nuestra salud con la comision que cobro. Esa misma tarde visitamos Bikaner en rickshaw, paseo turistico de libro. Empezamos a ver como los niños flipan con nosotros, nos miran y saludan como si fuesemos de otro planeta. Sonrien, me cuesta entender por que, pero lo hacen.

Sentimos juntar de golpe tantas experiencias, y de forma tan resumida, pero el wifi es menos que escaso, y de hecho ahora mismo estamos pagando por un ordenador.

domingo, 22 de julio de 2012

Ultimos dias en Delhi

Intentaré resumir nuestros segundo y tercer día en Delhi ya que el wifi del hotel parece perderse según el centímetro exacto de la habitación en el que te localices y mi móvil se encarga de hacer imposible actualizar por aquí. Estos dos días han servido para hacernos una idea general de lo que es Delhi, aunque si alguien os dijese que ha conocido Oviedo en dos días os reiríais de él. Pero bueno, esa es la magía de viajar, conocer todo sin conocer nada. El primer día los de recepción nos "regalaron" un taxi para llevarnos al centro a por un mapa, todo idea suya por supuesto. Misteriosamente, el hombre de la oficina de turismo en la que el taxi nos dejó anticipó nuestra llegada y se las arregló para que contratáramos los servicios de dos taxis todo el día y un jeep para el día siguiente. Son así de poco interesados. Creo que nunca jamás había sentido un calor así. No solo rondamos constantemente los 40 grados, sino que la humedad no te deja respirar. Tampoco colabora el eterno olor que te inunda los pulmones, una mezcla de curry, picante y especias al que se une el encantador aroma a humanidad y desechos que te asalta en una esquina sí y otro no. La ciudad es un constante bullicio. Los pocos semáforos que hay son como una sátira. El deporte nacional es provocar que un conductor se asuste lo suficiente como para que aminore un poco y abalanzarse sobre la carretera. Solo hay dos opciones. O frenan en seco y vamos usando a los indios, ya acostumbrados; como parapetos; o usan ese claxon gastado que se parece increíblemente a una cabra y te esquivan en la medida de lo posible y sin aminorar. Los perros callejeros cavan en la tierra para encontrar una sombra de consuelo. Por la noche retozan entre ellos, pero me figuro que si te encuentras con unos cuantos a altas horas, la palabra retozar se ajustaría poco a la realidad. Los gatos tienen el mismo aire de superioridad que en todas partes, pero quizás aquí más merecido por su tamaño y aspecto. Sin embargo, lo más impresionante por el momento son los cuervos. Yo tendría miedo de pasear a mi perro sin correa si pesa poco. Siguiendo con los animales, quizás los peores van en moto. Las mujeres por supuesto van sentadas de lado, porque el pudor es lo primero y la seguridad para los débiles. Se sientan tras el padre de familia, un mágnifico kamikaze, y acunan al bebé que, misteriosamente, tiene la capacidad de dormirse con esos bandazos. Creo que es imposible describir con palabras (me encantan los tópicos) la sensación que provoca esta marea de olores, de gentes, sabores sorprendentes, lugares increíbles que parecen sacados de un videojuego de Tomb Raider. Y en medio de toda la enfermedad, la podredumbre, la suciedad el caos, los niños a los que utilizan para que te utilicen son lo único a lo que no hemos aprendido a decir no con la rotundidad necesaria. Esta madrugada salimos hacia Bikaner, entre ocho y diez horas de coche hasta nuestra primera parada en el desierto de Rajastán. No se cuándo conseguiremos publicar esto, pero queda considerado como el resumen del fin de nuestro primer paso en la India. Namaste.

Primer dia

Buenas noches desde el Aira Xing, Nueva Delhi, uno de esos paraísos que convierten los 40 grados de la calle en una esquina del ártico, algo que se estila mucho por aquí. Es una alegría indescriptible que hayamos llegado enteros tras algún amago de pérdida de pasaporte y/o billete. Pero sería quitarle mérito al vuelo a Dubai en el que creíamos morir o el temporal que cruzamos en el último avión. Mucho más inquietante el viaje del aeropuerto al hotel. Death cab for cutie lo llamaban. Aquí las lineas del suelo son orientativas, o más bien lo contrario. El claxon es de uso obligatorio y constante, no tanto para recriminar como para avisar de tu presencia. Mucho Transporter, pero querría ver a Jason Statham metiendose en huecos en los que una scooter pasa justa mientras eres rodeado por oleadas de motoristas sin casco, pero con cascos, seguramente escuchando algun éxito de aquí (un tema que daría para escribir libros enteros). Pues todo eso mientras hacía alguna parada para comprar cigarros sueltos, lo protagonizó un individuo del que llegamos a sospechar que estaba realizando un secuestro express. Después del pánico inicial, era como vivir un videojuego de los que sumas puntos si rozas otros coches, desequilibras motos y subes algún peatón al parachoques. Llegada al hotel, y encontramos a Nora. No fue difícil, solo había que seguir el rastro de saliva y ir separando indios con cara de estar viendo una aparición. No parece algo morboso, es más una cara de extrañeza, al ver a una mujer europea que seguramente solo hayan visto en anuncios. La primera impresión del pueblo indio es lo serviles que son. Preguntamos en recepción donde podíamos comprar agua, al minuto había un indio con una bandeja llena de vasos y a los dos, una botella de dos litros. Pregunto donde comprar un móvil y me llevaron, negociaron, me lo compraron y se encargaron de todos los trámites. La gente se gira para vernos pasar, pero jamás suena ningún comentario, simplemente observan. Como nos gusta mucho probar cosas nuevas y somos unos valientes, fuímos al McDonalds. Evidentemente, carne de vaca no hay, pero el McChicken Maharajá se parece más al curry que a cualquier cosa que hayais comido en un McDonalds. En fin, que estamos reventados y mañana se madruga, así que habiendo colocado la mosquitera, esperamos sobrevivir a esta noche. Namaste.

jueves, 19 de julio de 2012

Comienza el viaje en Barajas con un calor, tememos, que no tendrá nada que ver con el que nos vamos a encontrar en la India. Primera escala en Dubai y llegamos a Dheli mañana a la hora de comer, donde nos espera Nora que ya ha tenido algún percance en la llegada (pérdida de maleta incluída, gracias Aeroflot, gracias). Integran la expedición un aguerrido bioquímico, Bosco, cuyo objetivo es no acabar envuelto en una trama de stupefacientes; Ramón, biólogo donostiarra interesado en hallar trazas del genoma vasco entre las castas más altas de la India. Juanan, médico promesa si consigue acabar la carrera intentarà boicotear todo intento de auda humanitaria. Por otra parte, representando Oviedo, s se l puede llamar Oviedo a Faro y a Latores, Nora y yo intentaremos no tomar parte de ninguna insurrección armada o revuelta política.

El blog es una especie de guía de consuelo para padres, familia y otros seres que podrían lamentar en algún grado nuestro no rtorno o encarcelamiento. Efectivamente daremos señales de vida por aquí y si se da la oportunidad alguna fotito del que seguramente sea uno de los lugares más fotogénicos del mundo.

Un mes en la India, si sobrevivimos, os abriremos canales d cackra a todos.

Namaste