Vistas de página en total

viernes, 27 de julio de 2012

Pushkar

Salimos de Bikaner en direccion a Pushkar, cuatro horas de viaje, con una regla de tres a ochenta por hora, nos podemos imaginar los kilometros. Por el camino hacemos una parada expres en el templo de las ratas, o Karni Mata. A los templos se entra deswcalzo, con ratas, sin ratas, con mierda, y sin mierda. Da igual como te pongas. En este caso eran ratas y mierda juntas. Sin pensarlo dos veces, para no llegar a una conclusion sensata,m entramos. Centenares de ratas, miles diria, recorren el suelo, un olor denso y penetrante. Se agrupan en decenas rodeando bebederos de leche, se te cruzan por delante, y las q1ue no se cruzan, o estan mu8ertas o descansan en pasamanos, colgadas la mitad del cuerpo a un lado, y la otra mitad al otro. Asi son las ratas en India, muy majas. Logramos ver la rata albina, solo hay una y al parecer te da suerte. Los indios esperan hasta el dia entero para encontrarla. Son indios, se lo toman con calma, ya sabeis.

Llegamos a Pushkar y buscamos un hotel recomendado en la guia. Efectivamente, es un conjunto de habitaciones rodeando un patio central, un jardin en el centro, una bugambilla, una terraza muy apewtecible y un casero encantador. No tenemos aire acondicionado, no hay bar ni restaurante, y la electricidad se va, pero no nos lo pensamos, a esto hemos venido. Me llama la atencion que el casero se aprenda los nombres de cada uno y cuando entramos nos saluda individualmente, seguido de un "namaste" y una reverencia, un lujo.
Pushkar es un pueblecito mucho mas pequeño, construido a las orillas de un lago, con un encanto especial que nos atrapo a todos. Quizas fue por lo facil que resulto todo, bueno, todo menos librarnos de los timadores espirituales que nos arrastraron hasta el lago, y una vez alli, cada uno por separado, nos obligaron a recitar unas palabras, al mismo tiempo que nos ponian pulseritas, el punto en la cabeza y nos deseaban suerte. Claro, despues de esonos preguntaban cuanto valia nuestra familia y nos pedian el equivalente en euros. Rupias no aceptaban, parecian tontos, salimos de esa como pudimos.

Paseamos por las calles, todo con mucha calma, el centro del pueblo entero es un mercado. Hacemos las compras de rigor y nos acercamos otro rato al lago, oimos los canticos religiosos de fondo. Las pocas luces que iluminan el pueblo se reflejan en el agua, todo calma. Hacemos un amiguete que segun dice se llama Pepe, tiene como 9 años. Nos pide comida, como no nos fiamos si es para el o para hacer algun chanchullo le compramos harina a cambio de que nos lleve a su casa a ver a su familia, nos advierte de que no tiene casa, vive en el desierto. Juan no esta muy entusiasmado con la idea de ir a dar vueltas por poblados del desierto, a Ramon y a mi nos parece super apetecible. Lo que era de esperar, bebemos te, cantamos, bailamos y hablamos mucho, todo a oscuras. Conocemos a muchos mas niños de la calle, para los españoles todos se llaman Pepe.
Al llegar al hotel se nos va la luz, con ella el ventilador y las bebidas frias, dormimos como podemos. Al dia siguente encontramos un pequeño paraiso en medio del caos. Un cuarto piso de una casa, una terraza donde sirven batidos naturales frios y demas placeres, nos hacemos habituales. Pasamos el dia sin altercados y a la mañana siguiente salimos hacia Jaipur.

No hay comentarios:

Publicar un comentario